Las playas de Buenaventura no volverán a ser las mismas
En Buenaventura se producen a diario unas 220 toneladas de residuos, de lo cual, solo un 10% se aprovecha, según las autoridades ambientales. De otro lado, información del DNP, indica que esta ciudad es una de las más pobres de Colombia, pues todas las estadísticas socioeconómicas marcan en rojo: la pobreza alcanza al 81% de la población; registra un 44% de indigencia; y el desempleo se eleva hasta el 62%.
Adicionalmente, encontrarnos con historias como la de Maria Teresa Sinisterra, una mujer apasionada por el tema ambiental que empezó a reciclar, a darle valor a los materiales que se encontraba en ríos, esteros, y que llegaban a contaminar el mar Pacífico… Es ahí donde nace GESAMPA, una apuesta para convertir la basura en en recursos, que al ser parte de una cadena de valor permiten construir un modelo de negocio orientado a: mejorar las condiciones de vida de mucha gente a partir de la recolección, a evitar que los residuos contaminen todo a su alrededor; También a generar espacios de educación ambiental en colegios y en las diferentes comunidades, vinculando a los hoteleros y muchos otros aliados.
Así como a María Teresa, conocimos a Francisco quien ha limpiado las playas de Ladrilleros por más de 10 años, pero no sabía qué hacer con los residuos que recolectaba y solo le faltaba hacerlo parte de una cadena más amplia, donde su esfuerzo de recolección se convirtiera en transformación.
Realidades como las mencionadas, nos permitieron visualizar que en Buenaventura hay potencial para construir algo grande desde su gran complejidad y así nace PLATAFORMA PACÍFICO, donde buscamos articular esfuerzos de seis poblaciones del litoral pacífico, con Buenaventura como su eje central. Residuos que antes contaminaban las playas y afectaban el turismo se transformarán en una alternativa de sustento económico para más de 220 familias, entre piangüeras, jaiberas, pescadores, mujeres cabezas de hogar desplazadas.
Esta acción combinada entre las comunidades y las empresas privadas, apunta a cambiarle la cara a las playas de Buenaventura, Juanchaco, Ladrilleros, La Bocana, La Barra y Guapi; y aportar de esta forma no solo al cuidado del medio ambiente, sino también al desarrollo turístico del sector desde la consciencia ambiental. Materiales reciclables que antes terminaban botados, enterrados o incinerados, ahora podrán representar un ingreso económico constante para familias que lo necesitan.
Con este proyecto esperamos recuperar más de 300 toneladas de residuos sólidos y seguir fortaleciendo un modelo que busca no solo reducir el impacto en el medio ambiente, sino también, de cambiar vidas para lograrlo. Por eso, lo primero es cultivar una nueva mentalidad, que se ve reflejada en una nueva forma de relacionarnos con el entorno, generando acciones puntuales en colectivo.