Trabajamos para que las personas puedan soñar
Antes del COVID 19, más de 258 millones de niños alrededor del mundo no asistían al colegio. La rápida propagación del virus ha hecho que muchas de las instituciones educativas hayan tenido que cerrar sus puertas, sumando 10 millones de niños más a esta grave situación.
Los años que un niño deja de asistir al colegio, son difíciles de recuperar. Para un niño en condición vulnerable el colegio significa protección y cobertura de necesidades básicas como la alimentación, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y el lugar donde construyen sueños e ilusiones.
Camilo tiene 11 años y acaba de iniciar su bachillerato, siempre había sido un buen estudiante, apasionado además por el deporte. Desde hace algunos meses para Camilo ir al colegio se convirtió en un dilema, la conexión a internet era deficiente, por tanto todas las clases las debía atender a través del celular de su mamá, quien tenía que salir de casa incomunicada para permitir que el estudiara.
Las cosas empeoraron cuando el celular se dañó y al intentar arreglarlo era aún más costoso que conseguir uno nuevo…
Como este caso conocimos muchos más e indagando con algunos de nuestros colaboradores nos dimos cuenta que muchos de los hijos de ellos estaban teniendo dificultad para asistir a las clases virtuales y pensando incluso en abandonar el colegio.
En Distrihogar siempre tratamos de ser consecuentes con nuestro propósito: “trabajamos para que las personas puedan soñar” y estamos convencidos que a través de la educación construimos oportunidades y un mejor futuro. Entendiendo la situación de Camilo y muchos otros niños decidimos entregar Tablets y acceso a internet a todos estos niños para que pudieran seguir conectados y atendiendo a sus clases sin ningún impedimento. De esta manera no solo ayudamos en la coyuntura si no que invertimos en el futuro de quienes más adelante aportarán positivamente a nuestra sociedad.